NO ABANDONEMOS LOS SUEÑOS.
No se puede vivir postergando los sueños, a razón de lo que otros quieren vivir; porque ese vivir es el de otro, y, no el nuestro.
Tener aspiraciones, proyecciones; son parte de esos sueños, los cuales queremos concretar; y el concretarlos serán logros, serán caricias y motivos de gozo.
En cambio, no tenerlos, es una mirada triste de la vida; carente de visión y de sentido.
Quienes no tienen sueños, solo están en el presente, pero con vidas amarradas al pasado, que tal vez, es condenatorio, traumático o doloroso.
Por salud mental, ¡levantémonos por nuestros sueños! ¡No nos demos por vencidos!, menos aún si hemos encontrado el respaldo y la voluntad de Dios en ellos.
Es bien sabido, que producto de los desafíos y obstáculos, es fácil sentirse desanimado y llegar abandonarlos, pero reaccionemos, y nuevamente: ¡levantémonos!
Las grandes conquistas, como la obtención de la Tierra Prometida, se logran con esfuerzo, valentía, en no temer y no desmayar: “Mira que te mando…” Josué 1: 6,7 y 9.
Por último “… porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”.
Gladys B.
“BUSCA A DIOS Y EL HARÁ”.

